Qué malo es estar ligado a algo deseando librarse de la ligadura y no poder hacerlo. ¿Cuántos en este momento se sentirán así? ¿Cuántos están atados y no encuentran como romper con su atadura? El yugo de esclavitud al pecado los sostiene y no ven la forma de romper con el.
Cuanta carga siento en mi espíritu en estos días pensando en las ataduras invisibles de las personas. Hablando con diferentes personas y dando consejería me encuentro a tantos que están desesperados dentro de su condición. ¿Por qué los hombres se destruyen a ellos mismos rehusando rendirse totalmente a Dios? ¿Por qué no le buscan aun cuando el matrimonio se le esta destruyendo lentamente? ¿Por qué no logran romper con ese yugo? El Apóstol Pablo escribió, Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. (Gálatas 5:1) El yugo de esclavitud al pecado es algo que sutilmente entra a la vida del creyente y del pecador, de tal forma que cuando abrimos nuestros ojos, estamos tan esclavizados que no encontramos ni como liberarnos. El yugo del pecado es pesado y abrumador, pero el yugo del Señor es mas fácil de soportar. Jesús dijo, Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateos 11:29-30) ¿Cómo nos deshacemos del yugo de esclavitud al pecado? Primeramente, es necesario rendirnos totalmente a Jesús en espíritu, alma, y cuerpo. Segundo, es necesario llenarnos de la unción del Espíritu Santo, algo que se a perdido en estos tiempos. La Biblia dice, Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción. (Isaías 10:27) No conozco el nombre de su yugo; pudiera llamarse licor, adulterio, fornicación, malos deseos, envidia, celos, ira, malos pensamientos, etc. Pero el nombre del yugo no es lo importante. Lo importante es que usted sepa que Jesús lo rompe, el Espíritu Santo lo pudre, y quedaras en libertad de todo aquello que te aflige. El Señor llamando esta Y el que lo escuche, su vida salvara. Libertad espiritual te proveerá. El yugo que te esclaviza se pudrirá. Toma en este día el yugo de Jesús Y saldrás de las tinieblas a la luz.
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Gálatas 6:14
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. La gloria de la cruz es la que yo anhelo Aunque se parezca locura para el ateo. Poder de Dios es, para el creyente verdadero, Y por ella entrego, cada uno de mis deseos. Desechado y despreciado; esos son los trofeos. El doctorado se encuentra en tribulaciones y en desvelos. Este evangelio tengo yo como el poder supremo Aunque a escoria le parezca al sabio hecho necio. Soledad y aflicción, menosprecio y incomprensión, Estos son los maestros que me han llamado la atención, Pues mi Dios a través de ellos A provisto, para mi, capacitación. El que ama las tinieblas no comprenderá la luz, Y el que tiene amistad con las mismas no ha conocido a Jesús. La humillación y el desprecio se reciben con feliz actitud Pues esto es verdadera gloria, La gloria de la cruz. Amado hermano, sin cruz no hay gloria, sin batalla no hay victoria Sin muerte no hay resurrección, y no hay historia sin tribulación. Por tanto vamos a gloriarnos en el sacrificio perfecto de nuestro Señor y con gozo recibir, el vivir en humillación. Pues la gloria de este mundo algún día perecerá, Pero la gloria que yo busco, es la gloria eterna. No me glorío en mis capacidades Pues encontrare en las tales, Triste e incomparable necedad. Me glorío en la cruz. Si, la cruz de mi Jesús, Para después gozar con él, por la eternidad. Las metas son necesarias en la vida. Si no nos ponemos metas entonces, ¿Qué alcanzaríamos? Las metas son las que llevan a hombres y mujeres a sacrificarse por años para obtener un certificado de una universidad. Las metas son las que llevan a empresarios a desvelarse buscando desarrollar una mejor empresa. Las metas son las que llevan a los atletas a pasar horas en entrenamiento para después competir contra otros. Si no tenemos metas para alcanzar, entonces, ¿Qué lograríamos?
Esta regla se aplica a nuestra vida natural pero también se aplica a nuestra vida espiritual. Las metas terrenales nos llevan a esforzarnos y sacrificarnos para alcanzar algo en este mundo. Las metas celestiales nos llevan a esforzarnos y sacrificarnos para alcanzar algo para el Señor. El Apóstol Pablo le dijo a Timoteo, Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. (2 Timoteo 2:1) Y Isaías hablando de nuestro Dios nos dice, El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. (Isaías 40:29) Por tanto, si el Señor mismo dice que él nos esforzara, entonces tenemos por entendido que será una lucha para nosotros. ¿Cuántas metas hemos tenido en nuestra vida? ¿Cuánto hemos luchado para obtenerlas? Si nos esforzamos en nuestros trabajos terrenales, ¿Cuánto mas no deberíamos esforzarnos en nuestro trabajo para lo celestial? La Biblia dice, Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. (Hechos 14:22) ¿Difícil? Claro que si. ¿Doloroso? Muchas veces. Pero mas glorioso que los premios de este mundo. Por tanto, amado lector, ponga su mirada en el cielo y luche día tras día para obtener ese premio. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. (1 Corintios 9:24-27) ¿Quien entendiera mi situación? Agradar a Cristo es mi consolación. En mi dolor y mi angustia busco agarrar su manto, Para que de él pueda recibir lo que busco en mi llanto. Por ti Señor mi cuerpo golpeo. Por ti Jesús todo lo entrego. Mi meta es conquistar el mundo para tu reino. Mas cuando haya terminado, Siervo inútil soy, pues solo hice, lo mandado. Muchos buscan controlar los pensamientos de otros. Las compañías buscan sembrar el deseo de comprar sus productos con un comercial y, de esta forma, controlar nuestros pensamientos. Los gobiernos comunistas buscan controlar a los de su nación con el temor. Las gangas buscan controlar a sus miembros con miedo. Los terroristas buscan controlar a otros a través del terror. Repito, muchos buscan controlar los pensamientos de otros.
¿Por qué? La Biblia dice, Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. (Proverbios 23:7) Las decisiones de cualquier persona son tomadas en la mente y, por esta razón, muchos luchan por lograr controlar los pensamientos que por ella corren. Se sabe que si se logra controlar los pensamientos de alguien entonces se lograr controlarlo a el. El diablo siembra en nuestras mentes pensamientos de duda, de derrota, de confusión, de desesperación, etc. Buscando nuestra destrucción espiritual. ¿Cómo llega alguien al suicidio? ¿Cómo llegan matrimonios de personas cristianas al divorcio? ¿Qué lleva a un hombre a quitarle la pureza a una hija y destruirle la vida? ¿Qué controla la vida de una mujer que se olvida de su hogar para hundirse en el adulterio? Esto y mucho mas sucede cuando el enemigo de nuestras almas a logrado controlar nuestros pensamientos. La mente es un campo de batalla que tiene que ser muy protegido. Si no levantamos en ese campo una fortaleza inconmovible seremos arrastrados por cualquier doctrina o enseñanza de error. Ministros han caído por descuidar sus pensamientos, ministerios se han venido abajo porque no se cuido el pensamiento, multitud de personas hoy son arrastrados por vidas ensuciadas en el pecado porque no cuidaron sus pensamientos. Por esta razón es necesario que nos armemos de la Palabra de Dios, para que cuando llegue el momento de la batalla mental, tengamos con que pelear. La Biblia dice, Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. (Isaías 26:3,4) Es necesario permitir que la Palabra de Dios se encarne en nosotros para que podamos estar firmes delante de las asechanzas del enemigo. El Apóstol Pedro dijo, Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; (1 Pedro 5:8) Atesoremos en nuestra mente la necesidad de orar, ayunar, vigilar, y estudiar las Sagradas Escrituras para que nuestro fundamento mental no tenga sombra de variación. Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, Y mi ley como las niñas de tus ojos. (Proverbios 7:1-2) ¿A quien le gustaría sentirse inseguro? La contestación obvia es a nadie. A nadie le gusta la inseguridad. Recién hable con alguien que me explicaba como no estaba seguro si se mantendría en su trabajo o no y, dentro de la conversación me dijo, “no me gusta sentirme inseguro”. Esto inmediatamente me trajo a memoria un testimonio que escuche de mi padre.
Mi padre me testifico en cierta ocasión que su abuelo era muy religioso. El afirmaba que su religión era el catolicismo y que nunca cambiaría. Un día enfermó gravemente y mi padre fue a visitarle y le pregunto si iba para el cielo o para el infierno y su contestación fue, “eso nadie lo sabe”. Al escuchar esas palabras mi padre comenzó a hablarle de Dios y de la certeza que él tenia de su salvación y aquel abuelo a Cristo su vida entregó. ¿Qué caso triste el no saber si somos salvos o no? ¿Esta usted absolutamente seguro de que es salvo o esta inseguro? Si claudica en su pensamiento entonces, tienes que evaluar tu posición delante de nuestro Dios. La Biblia dice, El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16) ¿Cuantas personas viven sus vidas en una apariencia de salvación pero, cuando un predicador lleno de la unción del Espíritu Santo les confronta por la Palabra, sienten inseguridad en su corazón? La inseguridad no nos agrada en nuestro diario vivir, ahora pregunto yo, ¿Estamos cómodos cuando nuestra salvación esta insegura? Amado lector, Cristo viene. Esta mas cerca de lo que muchos se imaginan. Se muestra aun en el alejamiento de muchos que decían ser hijos de Dios. La Biblia dice, Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros. (Lucas 13:30) En este tiempo del fin veremos muchos de los que eran salvos apartarse de la verdad, y muchos que estaban perdidos abrazar a la verdad. No vacile en cuanto a su inseguridad espiritual. Acérquese al Señor; búsquele con todo su corazón; afirme su relación con Él; pues he aquí que el novio esta a la puerta y todo aquel que no este preparado se quedara. La creencia de una persona es lo que dicta todo lo que es en su diario vivir. La creencia de una organización es lo que dicta todo lo que es en su diario proceder. ¿Cuántas veces en nuestra vida llegan momentos en los cuales nos preguntan que creemos? Lo que se cree, como verdad inviolable en la vida es el fundamento de todo lo que se piensa.
Basado en esto pregunto, ¿Cuál es la creencia de la verdadera iglesia de Cristo? ¿Quiénes son los que se van en el rapto de la iglesia? Si la Biblia dice que uno será llevado y otro será dejado, ¿Sera posible que uno que profetizaba, que reprendía demonios, que hacia sanidades, se quede? Nosotros no somos salvos por las obras que hacemos, tampoco por las señales que hagamos, la Biblia dice que, Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.(Hebreos 12:14) Así que sabemos que la clave para ver a nuestro Dios es la santidad. Santidad significa literalmente separación. El Apóstol Pablo le escribió a Tito, Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie. (Tito 2:11-15) El enemigo a buscado tergiversar la creencia de la iglesia de Cristo porque el sabe que si logra cambiar la creencia, lograra adulterar la obra. En este tiempo nos hace falta estudiar mas profundamente lo que Dios exige de su pueblo. La creencia es el fundamento de la obra de Dios. Jesucristo es el fundamento de la iglesia. Y el Apóstol Pablo dijo que nuestro Señor se dio a sí mismo para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio. Por esta razón amados hermanos, nos es necesario profundizarnos en el estudio de la santidad de nuestro Señor, pues haciendo esto guardaremos el fundamento de nuestra creencia bíblica y santa para nuestro Dios. La santidad es un trabajo del Espíritu Santo en nosotros que comienza en nuestro interior para ser reflejado en nuestro exterior. Guardemos nuestra creencia con temor y temblor pues de ella depende nuestra salvación. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (2 Corintios 6:17-18) Existen tantos hombres y tantas mujeres que se encuentran encarcelados por los delitos que han cometido. El pecado les ha dominado de tal manera que los a llevado a cometer delitos que nuestra sociedad considera tan depravantes que los tales han sido separados de nuestra sociedad. Pero antes de llegar a esa cárcel física y palpable, se convirtieron en unos esclavos espirituales del enemigo de nuestras almas.
¿Cuántas veces te has sentido tan agobiado o cargado que pareciera que te metieron en una cárcel? En este mismo momento, ¿te sientes encarcelado? El salmista escribió, Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre. (Salmos 142:7) ¿Cuantas personas se encuentran rodeados de amigos y de familiares pero, sin embargo, terminan quitándose la vida? Es que hay cárceles peores que las terrenales. Peor es la cárcel espiritual. Cuando estamos en una cárcel espiritual nos convertimos en prisioneros estando libres. ¿Cómo es eso? Digo que somos prisioneros estando libres porque delante de los que nos rodean somos libres pero nuestra mente se siente prisionera de las luchas. El hombre que es prisionero del adulterio por más veces que desee dejar ese pecado para no hacer sufrir su esposa, no lo puede dejar porque es prisionero de el. ¿Cuál es tu prisión amado lector? ¿La prisión que nadie conoce o entiende, sino que solo, te encuentras en ella? ¿Cómo se llama? Algunos pudieran decir, la culpabilidad. Otros dirán, el rencor, ¿pero cuantas prisiones mas existen? Existen muchas. Les mencionare algunas; raíces de amargura, heridas con aquellos que nos lastimaron, frustración, depresión, fornicaciones, odio, infelicidad, pasiones desordenadas, infidelidad, etc. ¿Qué se hace cuando nuestras prisiones son invisibles? ¿Que se hace cuando nadie conoce nuestra prisión? ¿Estaríamos nosotros condenados a vivir en esa condición por el resto de nuestra vida? No. No tenemos que vivir en esa condición para siempre. Hay uno que tiene las llaves de cualquier cárcel espiritual para poner en libertad a aquellos que lo desean. Jesucristo dijo, El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. (Lucas 4:18-19) Pon tu mirada sobre el único que puede librarte y te aseguro que lo hará. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateos 11:28) Quiero dejar claro al comenzar este mensaje que no pienso ser mejor que nadie, ni tampoco me pongo en lugar de juez, solamente busco señalar la senda que nos lleva a un amor sincero hacia nuestro Señor. Surge este mensaje de un pensamiento que no puedo abandonar, en un tiempo donde tantos dicen que “aman a Jesús” me tengo que preguntar, ¿qué es amar a Jesús?
Este es un tiempo en el cual los hombres que se echan con varones dicen amar a Jesús, las mujeres que se echan con mujeres dicen amar a Jesús, personas con vidas inmundas y sepultadas en el pecado dicen que aman a Jesús, hombres y mujeres que abrazan la mundanalidad con orgullo dicen que aman a Jesús, maestros falsos que no creen en el arrebatamiento de la iglesia dicen que aman a Jesús. Verdaderamente no me queda otra cosa que preguntarme, ¿Qué es amar a Jesús? ¿Podrá un hombre amar a su esposa y gozarse en lastimarle? ¿Es ese un amor correcto y verdadero? ¿Podrá un hijo amar a sus padres y intencionalmente buscar herirles? ¿Es ese un amor sincero? ¿Qué es lo que para muchos significa el amor? Jesucristo dijo, El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. (Juan 14:23) Entonces, ¿Cómo puede morar el Señor en alguien que no guarda su Palabra? No pretendo juzgar o criticar, solo busco aclarar la palabra “amor”. Jesús hablando dijo, El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Puedo entonces decir sin temor a pecar de injusticia, que todo aquel que no guarde las Palabras de Jesús, no lo ama. ¿Estamos entonces limitados a las palabras directas de Él y no las de los apóstoles? La Biblia dice, Toda la Escritura es inspirada por Dios, (2 Timoteo 3:16) y Juan nos aclara que Jesucristo es la Palabra. (Juan 1:1-18) Por tanto, usando la escritura como nuestro juez diremos esto. El idolatra no lo ama, el hombre que se echa con varones no lo ama, la mujer que se echa con mujeres no lo ama, los hombres y las mujeres que abrazan la mundanalidad no lo aman, los maestros falsos que dicen que no hay arrebatamiento no lo aman, el que vive abrazando el pecado no lo ama, y no lo digo yo, lo dicen las siguientes citas Bíblicas. (1 Corintios 6:9-10; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-16; 1 Tesalonicenses 4:13-18) Por tanto, diré, busquemos el amar a nuestro Dios en la pureza de la santidad sin mancha y sin arruga, buscando agradar a aquel que nos tomo por soldados. El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. (1Corintios 16:22) Sentado en una lancha se encontraba un pescador
Y meditando, en la misma, hablaba con el Señor. Agobiado y cargado buscaba consolación; Pues solamente el maestro entendería su condición. ¿Porque el Pastor de las ovejas se convierte en servidor, Para encontrarse en alguna oveja, un lobo traidor? Seguía con su caso delante de su Dios Y con lagrimas insistía recibir contestación. ¿Cómo pude ser traicionado, por quien en mi mesa comió? ¿Cómo pude ser burlado por quien llame, "hijo"? Y con dolor en su corazón en silencio él quedo Esperando que Cristo, quitara su dolor. De inmediato el Señor, con una visión le contesto; Doce hombres en una mesa compartían con Cristo, cuando de los doce hubo uno que levantándose, salió. El Buen Pastor, quien Jesús se llamó, Entre sus doce ovejas tenía un traidor, Y la traición de este, a la muerte lo llevo; y con esto aquel pescador satisfecho se quedo. En este momento existe un Pastor que pudiera estar llorando por alguna traición, pues tristemente en este tiempo los llamados por el Señor son considerados empleados cuyo título es, Pastor. Por tanto, amado lector, cuide de su pescador, Quien desechando este mundo, pesca vidas para el Señor. Esta reflexión, es inspirada por hombres de valor, cuyas vidas son para mí, una gran inspiración. Quienes entregándolo todo a los pies del Maestro se dedicaron a la obra sin buscar glorificación. Pues su gloria se encontraba en aquella cruz, La que sostuvo a Jesús, el que los trajo a la luz. ¿Sufrimientos, dolores, o tribulación? Nada se compara a la gloria de mi Dios. Permíteme, Señor, gastar mi vida en ti Para después poder decir Que todo lo que pude hacer, lo hice para ti. Se a escuchado tantas veces el decir, “El mundo no tiene nada para ofrecer”. La verdad es que todo lo que hay en el mundo es nada cuando se compara a Cristo, pero no se pudiera evadir la realidad de que el mundo nos ofrece mucho. Ofrece cosas que para el hombre terrenal parecen ser preciosas pero que no son como se presentan. Hay un dicho que dice, “No todo lo que brilla es oro” y en las palabras de la Biblia pudiéramos decir, Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:2)
El Apóstol Pablo le dijo a los Corintios, ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? (2 Corintios 11:29) Muchas personas al escuchar o leer un mensaje de santidad pudieran pensar que el que lo expone esta enojado con alguien. Algunos se pudieran hasta preguntar, ¿A quien le estará tirando? Pero en las palabras del Apóstol, ¿A quien se le hace tropezar, y yo no me indigno? La indignación significa según el diccionario, Sentimiento de intenso enfado que provoca un acto que se considera injusto, ofensivo o perjudicial. La violación de lo que es la separación, es algo perjudicial para la obra de Dios; y la manera en la cual esta violación se va expandiendo en el mundo presente, es mas que suficiente para que los hombres de Dios que predican la santidad se indignen. A esta indignación muchos le han puesto nombre; Nos llaman extremistas, nos llaman ministros farisaicos, nos llaman legalistas, dicen que es fanatismo, etc. Nada de esto tiene fundamento Bíblico. Muchos tratan de esconder su libertinaje detrás del amor, pero la Biblia dice, De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano. (1 Corintios 8:12,13) Sí, el Apóstol estaba dispuesto a dejar de comer carne por su hermano, ¿No piensa usted que estaría dispuesta a cuidar su forma de vestir? Si somos el templo del Espíritu Santo ¿No piensa usted que la santidad que Jehová demandaba en el tabernáculo es la misma que desea el Espíritu Santo? ¿Acaso Jehová y el Espíritu Santo son dos seres separados que no comparten los mismos atributos? Esto no es extremismo hermanos y amigos, esto es indignación. Indignación por los pecados depravantes de muchos, Indignación por las ovejas que tropiezan y caen por causa de falsos maestros. Apártese de todo aquel que le suavice el evangelio. Antes que sea corrompida nuestra manera de pensar, es mejor estar indignados. |
Rev. Samuel D. TorresEl Pastor Samuel Torres es un hombre criado en el evangelio y con un arduo deseo de expandir el reino de los cielos en la tierra. El proposito del Mensaje de hoy es traer una porción de las Sagradas Escrituras en la cual puedas meditar durante este nuevo día. Archivos
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